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JASON (de nuevas)

DUBLINESES

DUBLINESES

En la foto la estatua de Joyce con The Spire al fondo

Dos dublineses desdentados, con la cara sucia y los ojos de agua cristalina bebian de tetrabrik y fumaban apoyados en la estatua de Joyce. No pudimos, entonces, sacarnos una foto con ella. Al verles fumar me acorde de que yo tambien me tenia que comprar tabaco. Al volver al euro, supuse, seria mas barato que en la flamante England. Un paquete en Irlanda cuesta 7,5 euros! Paseando por Dublin no da la sensacion de encontrarte en uno de los paises mas ricos de la Union Europea. La decadencia y la pobreza que han vivido durante tantos siglos siguen dejando huella en sus calles y sus habitantes.

 

“A los irlandeses se les quiere, no como a los ingleses, porque han sido pobres y desgraciados, y se emborrachan y cantan”, me dijo mi companero de piso ingles.

Realmente, cuando paseaba por Dublin y veia las estatuas de alentadores a la insurreccion como Jim Larkins o hacia sus decadas de hambruna, o leia las traducciones de todos los nombres al gaelico, pense en lo facil que podia resultar apasionarse con Iranda.

Una la noche fuimos a Temple Bar, que es como una zona de irish pubs, y escuchamos a dubliners tocando sus instrumentos y cantando. Entoces fue cuando me di cuenta por que resulta tan facil querer a los irlandeses. Tocaban el banjo y la gaita y cantaban con voces poco melodicas. Mientras las pintas de guinnes negra se iban acumulando en su mesa, sus voces se iban tornando mas graves y desafinadas, los instrumentos tocaban por si solos cada vez mas animados y los comentarios entre cancion y cancion cada vez iban mas dirigidos a criticar a los ingleses que a describir la siguiente cancion. El musico que tocaba la gaita, rubio como todos y con los mismos ojos claros, nos invito a una pinta mientras nos hacia preguntas con un acento mas parecido al de los yankis que al de los ingleses. Luego se marcho con sus amigos, sin pedirnos un numero de telefono ni exigirnos ofrecerle compania durante la noche.

Como la guia indicaba, al dia siguiente dimos un paseo por el barrio Viquingo. Barrio pobre de gente pobre, lleno de iglesias y vacio de huellas viquingas. Unos borrachos vebian vino sentados en el banco de una iglesia. Al vernos pasar gritaron "Lok, lok! fuk off!", y siguieron bebiendo tranquilamente.

Pero Dublin tambien tiene una cara moderna y rica y poderosa. (Algo tendran que hacer con todas las tasas que deducen de los 7,5 euros del tabaco!). Lo hace, a mi modo de ver, de manera elegante y cosmopolita. La calle O’Connel es el reflejo del poderio recientemente adquirido. The Spire, construido en 2003, se alza 120 metros al cielo con ganas de tocarlo y decir: "por fin lo estoy consiguiendo!". Los dublineses, sin embargo, a quienes les gustan las rimas y se siguen resignando, lo apodaron como “The Stiletto in the Ghetto”. Stiletto  es una palabra italiana con la que designan a los tacones y lo de gueto porque hasta hace poco la zona que se encontraba al otro lado del rio Liffey, y en la que se encuentra la calle O’Connell, era sobre todo suburbial. Unas pantallas, tambien en esta misma calle, simulan a hombres y mujeres andando como un transeunte mas, adornado la calle, acompanando a quienes caminan y dando sensacion de originalidad.

TEMPLE BAR

TEMPLE BAR

margen del rio Liffey

5 comentarios

Sara -

Un placer leerlo. Se nota que entendiste la ciudad. Me pregunto quién te habrá ayudado con las anécdotas. Quién paseara ahora por el Liffey...

mire -

No fue posible el encuentro.
Pero puede que en un mes vaya otra vez para ahí.
A ver.

lupitas -

lina! me encanta y me encantas. cuando eches de menos a Eyre, como dice Caravinagre, pon una L en tu vida y confórmate conmigo. Yo te abrazaré gustosa. ¿Cuándo estamos? ¿Vendrás a mi nido de amor, que por supuesto limpiaré antes de tu visita? Un beso lino.

Caravinagre -

Una crónica excelente. Deliciosa.
Describes magníficamente, es como dar una calada a Dublin, en unos segundos nos plantas toda la atmósfera. ¡Qué grande el Temple Bar! Y la cortesía dublinesa con sus pintas corriendo de una lado a otro. Ah, y la decadencia elegante de 7,5 euros de tabaco. No sólo eres una buena viajera sino que además lo cuentas muy bien. Creo que yo me enamoraría fácil del país de Eyre.

Por cierto, este fin de semana conocí a unas sicilianas y a un napolitano. Me acordé de tí.

Besos.

aneya -

¡Qué envidia todo lo que estás viendo! Me tendrás que contar mucho y enseñarme todas tus fotos.
Besos desde los madriles.