OBANOS Y NAVIDAD
A veces me da pena Obanos. Cada año se acentúa. Los campos se convierten en unifamiliares y no reconozco las caras de con quienes me cruzo. Con la autopista cada día va a más. Cuando volví de Italia me di cuenta de que habían removido otras tantas hectareas de tierra en aras a algo que se llamará: "el mirador de Obanos". No discuto a quienes vienen de fuera en busca de la tranquilidad que ofrece un pueblo, ni mucho menos. Puede que vengan a buscar la personalidad que le falta a la ciudad y, sobre todo, a los dormitorios de las mismas (Zizur...) Lo malo es que esta gente no se da cuenta de que Obanos: villa de agricultores con vacas y conejos en las cuadras de las casas, donde la mitad se apellida Gembe y la otra mitad Velaz, con marujas que se pintaban el ojo sólo para ir a comprar el pan y organizaban excursiones a Pamplona; ese Obanos ya se ha terminado. (A saber qué pasará cuando se construya la dichosa "ciudad de la carne").
De todos modos, por A o por B, a la misa de Navidad, siguen acudiendo los de siempre. Y como siempre, la fila para ir a comulgar es la pasarela/ escenario. Y los que están sentados en los bancos miran sin disimulo de arriba a abajo con caras quién sabe si de superioridad o de envidia mientras comentan al de al lado en un tono para nada discreto lo que se ha engordado la de los Goñi. Lo echaba de menos.
9 comentarios
Arturo Azanza (II) -
aneya -
¿por qué siempre estoy rodeada de los "navarra2007"?
bueno, ahora en mi casa no. aquí llevo vida de maruja en potencia, eso sí, culturizándose con los apuntes de producción de piiiiiiiiiii
un beso
(no os podéis imaginar el frío que hace aquí, en mi querida tierra. mecagoentóoooo. esto es como london jajajaja no se ve ná de ná)
Lupitas -
Jo, me he dormido; me puse el despertador a las ocho y me he levantado a las nueve y media. No hago nada; me siento un poco como en paro.
Y que conste que no se me va, carol, que yo soy muuuuuy normaaaal.
(¿Alguien se lo ha tragado, nenas?).
Caravinagre -
Ahora mismo si dejásemos de trabajar con según que cosas quizás seríamos la mitad de lo que somos. De salaos y de idos. Pero así nos hemos cogido más cariño.
carol -
Lupitas -
¡Mira en tu mail, nena, que tienes sorpresa!
kabuki -
Hipolipo -
Bienvenida a la vida rural
Caravinagre -
¡Me encanta este despiado texto!
Creo que algo de ese Obanos genuino quedará, aun después de la ciudad de la carne, ¿no?
Qué bueno tenerte rondando estos terruños de nuevo. jeje.