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JASON (de nuevas)

Guatemala

Antes de que llegue la revoluciĆ³n...

Antes de que llegue la revolución...

 

 

El mundo se desmorona, en Libia reprimen las revuelvas a bombazos, la ONU está tranquila porque no repercutirá en el petroleo que llega desde este país y a mi se me revuelve el estómago pensando en la mierda de mundo en el que vivo. En la pasividad y en la indiferencia. En que los intereses económicos son lo más importante y en que los altos mandatarios mundiales les importa el mundo una mierda, con tal de seguir cobrando sus sueldos multimillonarios a los que se suman la cantidad de millones que se llevan gracias a la corrupción.

 

Pienso en las revoluciones por las redes sociales, y en que nunca llegará a los más pobres de Guatemala, porque no es que no tengan acceso a Internet, es que no tienen que llevarse a la boca. Como siempre, no hablo de toda la población, hay como un 20 por ciento de canches afortunados, y de negritos que se la han currado mucho en la vida, que viven igual que en Europa. Es la desigualdad de mierda.

 

Hace como cosa de un mes estuve en una aldea de un departamento al oriente del país, en Sanyuyo, que pertenece al departamento de Jalapa.

Al inicio del viaje, nos iban enseñando pedazo de  fincas, y explicándonos que eran de tal y cual diputado, con su ganado, sus jornaleros y sus carros de doble tracción.

 

Esta zona, o el oriente del país cuenta con la carácterística de que es la zona en la que más colonización española hubo, hasta décadas muy tardía de la historia, los españoles tuvieron allí sus fincas. Se nota en que la población es, en general, más blanquita, en que no hablan en lenguas indígenas ni llevan el atuendo propio de los mayas. Como dato relevante, esta es la zona del país donde los índices de desnutrición son más altos, es la zona donde siguen muriendo niños de hambre. Otro dato curioso, es la zona del país donde las armas están más extendidas, es muy normal que los hombres vayan armados por las calles.

 

Conforme íbamos subiendo la montaña de Santa María Xalapán, que es donde esta ubicada esa aldea de Sanyuyo, parecía que íbamos retrocediendo en el tiempo. Cada kilómetro era una década para atrás en la historia. Las fincas iban dando lugar a casas humildes y destartaladas y éstas comenzaron a dar lugar a casas de barro, campesinos con azadas y niños con machetes y mujeres rodeadas de cientos de hijos. Eran como las 11 de la mañana, pero los niños paseaban con sus madres como si el colegio no se hubiera inventado, con leños colgados a la espalda y amarrados a  su frente. Niños muy bajitos y ojerosos.

 

Íbamos a hacer un reportaje sobre un centro para combatir la desnutrición. Fue la escena más cercana que he tenido de la muerte por hambre, la verdad es que fue muy triste.

 

 

Una señora acaba de sacar a su hija de un proceso recuperación nutricional. La niña estaba feliz y se notaba que acababan de cebarla, el resto de niños estaban desnutridos y por lo tanto cansados, se notaba en sus ojeras, en que casi no hablaban. Las madres, que en este lugar tienen una media como de nueve hijos, me contaban como “no alcanza” la plata. Que sus maridos iban a “buscar los centavitos” porque no tenían tierras propias. La única fuente de trabajo en esta zona es la agricultura. Una señora me hablaba con orgullo de un de sus hijas,  Sindy Carolina, de ocho años. “Viera como lee”, me decía, “todos los periódicos que trae su papá los agarra y no se levanta de la silla”, “y escribe muy bien”, me decía “escribile algo”, y la niña me puso el nombre en el cuaderno.

 

Me dio tanta tristeza cuando me puse a pensar en el futuro de esa niña, ¿qué será de ella? ¿quién la preñará a los 15 años para no dejar de preñarla hasta los 30, cuando parezca que tiene 50? ¿No se puede hacer nada para rescatar a estos niños? Un niño tonto de padres ricos a dónde puede llegar? A presidente de Estados Unidos? (Bush) a dónde puede llegar un niño listo de padres pobres en un lugar aislado del mundo?

 

A la vuelta de Sanyuyo, los mismos señores que habían inaugurado el centro llenándose la boca de palabrerías que ya me suenan  a mierda, nos invitaron a comer a un restaurante en un hotel de Jalapa. La comida estaba riquísima, pero a mí se me atragantaba pensando en esa mierda de injusticia, en cuánto dinero nos estábamos gastando en comer, los representantes de las empresas que habían dado fondos, los representantes de nutrición del departamento, el gobernador…  y nosotros, que en el fondo somos igual de pura mierda, nos comimos nuestra espectacular carne asada, que igual juntando todo el dinero se podría haber alimentado al pueblo entero una semana, pero ellos ya estaban orgullosos, habían puesto su parche de mierda para evitar que niños se mueran de desnutrición.

 

Qué revolución puede haber en este país si a nadie le importa si quiera que los niños se mueran del hambre? En qué mierda de mundo vivimos? Qué podemos hacer? Demasiadas preguntas, igual hay respuestas, pero todavía no las he encontrado en el Factbook.

 

I am, you are...

I am, you are...

“He leído un artículo sobre la desaparición del pueblo maya, la NASA aporta pruebas, debió de ser alguna plaga. ¿Sabían que los mayas descubrieron el concepto del cero, tenían un calendario bien preciso e incluso inventaron el fútbol?”, afirmó el empresario desde su asiento principal de aquella cena benéfica, organizada con el objeto de recaudar fondos para enseñar inglés a las tribus de Micronesia.

 “Los mayas… si no me equivoco los mayas siguen existiendo, creo que son la mitad del pueblo de Guatemala, que sobreviven en el olvido y la indiferencia”, afirmó la mujer de aquel embajador. Su tono era tan frágil que apenas llego a entenderse entre el grupo que la rodeaba en aquella esquina de la mesa. Su rostro enrojeció y miró hacia el suelo, tratando de apagar el calor de su cuerpo.

 “Donde escuchaste eso, en algún reáliti de la televisión?” jajaja, Hudson, deberías enseñar a tu mujer a comportarse en la mesa”, jajaja

 Mientras tanto, en aquel salón con vistas a la City, camareros hindúes servían platos y platos llenos de suculenta comida. Mientras tanto, mujeres esqueléticas dejaban más de la mitad de sus manjares, para que sus clavículas se recalcaran y resaltaran sus pómulos

En ese mismo instante, sus respectivas empleadas del hogar enseñaban a sus respectivos hijos a comérselo todo todo.

Y en ese preciso momento, a miles de kilómetros de distancia, un chico alto, de una tribu de Micronesia, miraba el exhuberante escote de aquella joven rubia, que se agachaba a rescatar sus apuntes de inglés.

"Repet with me: Aiiiii ammmmmmm, youuuuu arrrrr"